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Las 5 diferencias.

Un caragol moribundo, a puntito de expirar... de perder sus 21 gramos de alma, eso si, peleón hasta el final, estuvo dando sus penultimos coletazos en el 10k Contra el maldito Cáncer de Alboraya.
Es cierto que Caragol está malherido, pero  no es menos cierto que a cabezón no le gana nadie, así que  allí hubieron dos caragolines, uno mirando y otro corriendo.
El mirón fue Alfredo que, a pesar de estar inscrito, no pudo correr por unos problemillas que no vienen al pelo y omitiremos salvaguardando su privacidad. Para que no diga.

El corredor era yo, Óscar. Si es raro que sea yo, pero me apetecía probar un 10k, algo nuevo para mi y la valoración es satisfactoria. Es divertido, rápido, estresante y competido.  Pero como tengo la ofuscación de comparar me empeñé, para pasar el rato mientras corría en jugar a buscar las 5 diferencias.
1-  Los cajones de salida, gran invento ese. Lastima que el uso no sea el apropiado. O yo soy muy modesto o los que adelanté (ojo yo, un tio de 6 minutos el kilometro)  tuvieron todos un mal día debido a mil excusas externas. En la montaña no son necesarios los cajones de salida, nos plantan dos cuestas arriba y en 200 metros cada uno en su sitio.
2- Cuantas sendas de Dios me han visto solo, sin más compañia que mi respiración y mis dolores de piernas y los latidos del corazón zumbando en la sien. Cuantos lamentos en la soledad de una trialera, cuantas torceduras en los zig zag del vertiginoso descenso.  Aquí no existe la soledad, siempre hay compañia. Alante y atrás. Pero, sin embargo, cuanto silencio. Me resultó curioso, hay alguna conversación corta, se pide permiso para pasar, denegados la mayoria, no perdamos plaza para las olimpiadas,  pero poca cosa más.
3-  Un curioso animal del asfalto a quién, posiblemente por no fijarme, no he visto por las montañas es el recortador. Dicese de aquel corredor que ataja todo lo atajable aunque, para ello, se cruce toda una calle y salte un bordillo y esquive un árbol, salté a un perro y a su dueño, todo ello con cara de ... soy el más listo de la carrera y el resto sois gilipollas. Pues no nene, el tonto eres tú. Esa actitud tramposa es comprensible, que no admisible, en los 10 primeros. Pero pelear por el 1254 o el 1255 me parece absurdo.
4- Eso si, aqui tuvimos música en directo en el kilometro dos, en el 5 batucada y avituallamiento. Agua entregada con  una envidiable habilidad por los voluntarios que se lo curran gratis por darnos el gusto a los corredores. En la montaña también hay voluntarios, también hay avituallamientos, algo más completitos por que los de montaña somos glotones, eso si, viendo los almuerzos que se cascan los voluntarios de las carreras de montaña, los porrones de cerveza y vino que se meten entre pecho y espalda, creo que no hay voluntario de montaña que de las botellas como los chicos del sábado.
Y por último y no menos importante, la diferencia 5. Que lisito es todo en la costa, que maravilla y el mar precioso, la huerta de Alboraya preciosa, y la patacona ( que nocheviejas me he pegado allí con los amigos )  Cuanta planicie, que poquito desnivel. Esto es lo que más me ha gustado, el desnivel acumulado.
Reseñar la entrada en meta, preciosa, calle estrecha un montón de gente chillando como si llegasemos los primeros, aplaudiendo  y animando, entonces es cuando sientes lo  mismo que en todas las carreras. Un escalfrio por la nuca, un picorcillo en los ojos, tus labios empiezan a dibujar una sonrisa, estas cerca del objetivo y entras en meta.  Disfrutas ese pequeño y gran triunfo personal. Una carrera más a la saca y ya piensas en la próxima y esto amigos, es común en todas.

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