Los cuatro caragolines estábamos motivados, el madrugón ha sido más que meritorio y a las cinco y media de la mañana ya nos encaminábamos hacia Atzeneta del Maestrat.
Un pelín antes de las siete de la mañana estábamos ya en la reunión previa de carrera, osea, tomando café calentito ya que todavía hace fresco por el interior de Castellón y se agradece tomar algo caliente.
Recogemos dorsal, nos cambiamos, calentamos y ¡¡¡¡¡ A CORRERRRRR!!!!!
Salimos a nuestro ritmo que al inicio siempre es lento, ocupamos los últimos lugares del grupo pero poco a poco avanzamos, Miguel y Alfredo marchan hacía delante y yo...al más puro estilo barraquero, reservo fuerzas para lo que está por venir, son más de 26 kilómetros y no sé cuál será mi reacción ante una distancia tan larga. Mi objetivo 4 horas o menos, mis sensaciones buenas.
Hasta el kilómetro 13 es todo subida, con tramos de desnivel importante pero voy a buen ritmo, con un grupo de gente que conoce el terreno y están en buena forma, el ambiente es agradable y reina el compañerismo. En el primer abituallamiento que, para mi gusto está un pelín lejos, descubro lo que va a ser mi sustento principal en la carrera, unas galletas graaaaandesssss de choooocoooolaaaaateeeee mmmmmmmmm por Diosssss. Tanto es así que pensaba no parar mucho tiempo pero ante aquel manjar prefiero relajarme durante tres gloriosas galletas.
Seguimos subiendo, me hacen fotito, bueno dos pero una le digo al señor fotógrafo que la borre por que no me había dado cuenta y luego me dicen que llevo mala cara, osea que repetimos la foto y este es el resultado:
Hago lo que puedo para disimular el cansancio y el pañuelo tipo buff no me queda nada bien, ya lo sé, pero no me acordé de quitármelo. Este aspecto de las carreras tengo que mejorarlo, Alfredo siempre sale sonriendo, luego sé que casi se muere de los calambres pero el tío disimula y así, si no lo cuento yo en la crónica social nadie se entera.
Miguel es más serio y sale más concentrado, se le nota la experiencia y que está curtido en mil batallas montañeras. Es el number one del Club, el "enemigo" a batir... por los nuevos fichajes del club, si llegan, por que en los miembros actuales no tiene rival.
Ambos, como siempre, quedan por delante mía. Es ya tan tradicional como el madrugón y el café matutino el día de carrera.
Bueno todo era genial hasta que un poco después del kilómetro trece iba a sufrir una lesión, de repente los dedos gordos de los pies se me meten hacía dentro, tipo garra. cuando me quito los calcetines y veo los dedos me siento como un aguilucho cualquiera. El izquierdo yo mismo lo pongo bien, pero el derecho se resiste, lo coloco y él solito se baja, tipo muelle roto... que repelús...llegan dos miembros de la organización y me atienden de maravilla. Masaje, agua, consejos y ánimo... llega el coche de la organización y me ofrecen abandonar pero no accedo... nuevo reto y nuevo objetivo. Acabar y si puede ser, con los dedos en su sitio. Dan aviso en el puesto de abituallamiento que va a llegar un lisiado, osea yo, y que preparen Reflex.
Llego me pongo el bendito reflex, sigo andando... no corro...parece que se pasa y vuelvo a correr, ritmo bajo. Cuando creo que lo he superado y ya había pasado el último puesto de abituallamiento de nuevo dedo en garra, de nuevo al suelo pero ya no tengo asistencia, coloco el dedillo, me masajeo muy tozudamente, parece que aguanta en el sitio. Pues ale, a caminar. ¿qué le vamos a hacer? Sólo corro un poquito para hacer la entrada triunfal en la meta y por el qué dirán.
En mi plan de carrera inicial no entraban ninguno de los factores que se han dado en la PUJADA A LA NEVERA, mi intención era hacer cuatro horas y, a priori, viendo la clasificación se puede decir que mi objetivo inicial no lo he cumplido y, objetivamente, es cierto. He realizado un tiempo de 4 horas y 23 minutos.
Sin embargo todos, al acabar la carrera, hacemos un análisis de lo sucedido y tengo que decir que estoy más que contento por varios motivos.Primero. He acabado la carrera.
Segundo. Hasta el kilómetro 13 me he sentido bien, fuerte, marchaba en un grupo de gente preparada y entrenada lo que me motiva mucho.
Tercero. He sabido reubicarme y modificar mi pensamiento de carrera, lo fácil hubiera sido renunciar al objetivo y abandonar pero he preferido dosificar, sufrir y acabar. Tener fuerza mental y no tirar la toalla.
Hasta el kilómetro 13 estaba en tiempo de acabar en las cuatro horas pero cuando no puede ser no es y una lesión inoportuna en el ligamento extensor del dedo gordo lo ha impedido, vendrán otras carreras y habrá tiempo de mejorar.
En resumen, buena carrera, buen ambiente pero, como dos notas negativas decir que la excusa de no dar camiseta en plan alternativo está muy bien, pero luego habrá que compensar la no camiseta con otros detalles. La bolsa de corredor es floja y el sorteo de premios es cutre salchichero.
Por último creo que deberían hacer más caso a la modalidad de Marcha, parece que la tienen sólo para ampliar mercado.
Dicho esto. Los caragolines volverán a correr en breve y volveremos a contarlo.
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